domingo, 12 de abril de 2015
DEL SUEÑO MUNZTERIANO A LA REALIDAD CALVINIANA:
Considero importante reflexionar sobre dos de los Reformadores Protestantes, en cuanto representantes emblemáticos del Evangelio Integral (espiritual y sociopolitico).
THOMAS MUNZTER, quien asumió “la espada de Cristo” (El Evangelio) conforme a su espíritu protestante radical. La Reforma era para él un compromiso del nuevo cristiano con las necesidades de los oprimidos; rechazaba la simple remoción de valores dentro del orden establecido. Así, pues, más allá del cuestionamiento al neofariseismo de la iglesia romana católica, Munzter cuestionó los fundamentos de las estructuras sociales, económicas y políticas de su época. El reino de los cielos, tenía para él un contenido concreto, fiel a las enseñanzas de Cristo: “…a menos que vuestra justicia sea mayor que la de los escribas y de los fariseos, jamás entraréis en el reino de los cielos”(Mateo 5:20). Y en Santiago 2:5-6 “..¿no ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para ser ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?. Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos y no son ellos los que os arrastran a los tribunales? De aquí que Munzter predicara: «Dios, que desprecia a los grandes bribones como Herodes y Caifás, tomó a su servicio a gentes humildes como María, Zacarías e Isabel. Ni aun en el momento actual procede Dios de otro modo. ¡ Ah, querido amigo, no eran aquéllas ilustres cabezas con títulos ostentosos, como tiene hoy la Iglesia de los impíos! Muchas gentes pobres y toscas suponen erróneamente que los gruesos y cebados personajes de mofletes carnosos están para decidir con cordura sobre el advenimiento de la fe cristiana. Ay, carísimo mío, ¿y qué van a decidir éstos, que nos niegan cualquier movilidad de la fe, que maldicen y proscriben de la manera más afrentosa que pensarse pueda cuanto a ellos se opone? Pues han dedicado toda su vida a devorar y embriagarse como las bestias y, educados desde la infancia para la exquisitez, no han conocido un momento aciago en todos sus días, ni tampoco quieren o piensan arrostrarlo una sola vez por amor de la verdad ni condonar un único maravedí de sus intereses, y sin embargo, pretenden erigirse en jueces y protectores de la fe. Reciba cada uno el elogio como San Juan, es decir: no por los merecimientos de sus obras, sino en razón de la gravedad que dimana de la valerosa templanza y que comprende también el alejamiento de los mismos placeres, en el momento en que quedan al descubierto las energías del alma, para que el abismo del espíritu salga a relucir a través de toda fuerza cuando haya de intervenir el Espíritu Santo. Ah, cuántas veces se ha refugiado la Palabra eterna entre las personas elegidas, para constituir este nuestro Nazaret dentro de la cristiandad, esto es: entre los Elegidos, que verdean y florecen hermosamente en la sabiduría de la Cruz; y no hubo hipócrita lascivo que no los tomara por locos e insensatos.». Munzter se consideraba profundamente “tocado” por Cristo, y obraba en consecuencia, conforme a la Palabra: ”Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”(Santiago 1:22). Reflejo de su praxis radical, revolucionaria, son sus escritos, sus prédicas y sus acciones de organización y movilización, entre las que podemos destacar: “El manifiesto de Praga”, “El discurso ante los Príncipes sajones”, “el discurso ante los mineros”, la organización clandestina “La liga de los Elegidos” y su participación y liderazgo en la extraordinaria y emblemática “Revolución Campesina”, donde ofrendó su vida sin temor a la muerte por la causa del Reino de Dios, el reino de la libertad, congruente con la promesa bíblica: “Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”(Mateo 16:25)
El sueño de Munzter podemos resumirlo asi: Impulsar una sociedad solidaria cristo-céntrica, gobernada en democracia. Tal su lucha por una vigorosa reforma social.
JUAN CALVINO, lo mismo que Munzter, consideraba “la espada de Cristo” como la Palabra predicada y actuada. Su ardua y prolongada relación con el Consejo ginebrino sirve de modelo para visualizar cómo la iglesia porta la espada espiritual. Calvino hizo realidad, en parte, el sueño de Munzter en una ciudad no alemana ni tampoco francesa, naciones natales de Munzter (Alemania) y de Calvino (Francia). Fue en Suiza, en la Ciudad de Ginebra donde se creó el clima propicio para que Calvino, luego de muchas vicisitudes, surgiera como el líder espiritual y político indiscutible. Ginebra era una ciudad pequeña, con una población estimada de 10,000 en 1537 y de hasta 21,400 en 1560. La primera ola de inmigración en 1542 (más o menos 5,000 refugiados franceses..) generaron crecimiento en la pobreza, el crimen, el desempleo y la xenofobia. Los líderes eclesiásticos y civiles de Ginebra tuvieron que enfrentar las consecuencias de la ruptura con la iglesia romana. Además, el deterioro del orden social medieval generó nuevas realidades culturales, políticas y económicas que ni la iglesia ni el estado estaban preparados para enfrentar. La mutua relación entre comunidad civil y comunidad cristiana fue sistematizado por Calvino, en la polémica con los reformadores radicales anabaptistas, quienes abogaban por una disolución completa del mundo no regenerado, y asimismo con el establishment católico romano bajo el cual el monarca estaba sujeto a la autoridad eclesiástica, todo ello le preparó para elevarse sobre su tiempo. Así, en la teología calviniana los dos reinos (Iglesia y Estado) se interpenetran mutuamente como manifestaciones que son de la misma voluntad divina. Por ello, para Calvino respecto a la participación en la política, la cuestión no estribaba en si se participaba o no, sino en cómo se hará; en saber discernir en cada caso concreto la participación cristiana. Aquí reside el genio de Calvino inspirado por Dios, bajo cuya enorme influencia Ginebra llegó a ser un ejemplo notable de transformación social, moral, política, cultural y económica; es decir, un modelo de la reforma. Juan Knox, el reformador escocés dijo: “(ésta ) es la más perfecta escuela de Cristo que haya existido sobre la tierra desde los días de los apóstoles. Confieso que en otros lugares Cristo es debidamente predicado; pero lo que respecta a la verdadera reforma de costumbres y religión, todavía no he visto algo semejante en ningún otro lugar”(..). Por su parte, Valdo Vinay señala: “Libertad igualdad, fraternidad, las tres nacieron en la comunidad calvinista y pasaron luego a la vida política en las democracias. La libertad otorgada por Dios, la igualdad ante los ojosde Dios, la fraternidad para con el prójimo, son las características esenciales de un estado justo entendidas como libertad de la tiranía, igualdad ante la ley y fraternidad en la administración de los bienes terrenales. De acuerdo con esta manera de entender la vida humana, el término “teocracia” no logra realmente describir lo que Calvino logró suscitar en la vida de Ginebra” (..). Como ha mostrado Sydney Rooy, “Ginebra estuvo lejos de tener una teocracia. En realidad el gobierno estaba en manos de un grupo de comerciantes, artesanos, familias tradicionales y otras, todos elegidos por los ciudadanos, que tenían el control absoluto sobre los asuntos del pueblo”. El Consejo ginebrino, instancia democrática que “dependió” del fuerte liderazgo calvinista, es una experiencia anterior a Calvino (..) La democracia ginebrina era ya parte de una larga tradición de más de un siglo y medio antes de que Calvino viniera a colaborar con la reforma. Las libertades que disfrutaba la ciudad databan de 1387 cuando los ciudadanos obtuvieron las “franquicias” que quitaron las decisiones laicas o seculares al obispo y la depositaron en un Consejo integrado por cuatro síndicos elegidos por los mismos ciudadanos; posteriormente sustituyó el Consejo de los cuatro síndicos por el Consejo ahora constituido por 24 síndicos más el tesorero de la ciudad”. Congruentemente, Calvino desplegó energías e iniciativas extraordinarias como “ministro de la Palabra de Dios”. Predicaba casi todos los días de la semana, y en distintos horarios, por cuanto le atribuía a la predicación un lugar supremo en el ministerio de la iglesia, comprendiendo que desde el púlpito, los pastores pueden ejercer gran influencia en la construcción de la vida en la iglesia y en la sociedad.Con su ejemplo dio testimonio de ello.
En síntesis, Calvino logró plasmar una sociedad solidaria cristo-céntrica, gobernada democráticamente. Tanto para Calvino como para Munzter, afirmar cristo-céntrica significaba asumir el “Programa” (y el carácter) de Cristo señalado taxativamente al iniciar su ministerio, cuando leyó en la sinagoga a Isaías 61, según el evangelio de Lucas 4:18-19 y 21.
Infiérese que Munzter como Calvino bien podrían haber dicho la profecía de su mártir Jan Hus, antes de ser quemado: «Vas a asar un ganso, pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar» Se suele identificar a Lutero quien 102 años después clavó sus 95 tesis en Wittenberg y en su escudo de armas figuraba un cisne) ¡A tomar la posta! ¡Volver a las raíces de la Reforma!
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