jueves, 17 de julio de 2014

REFLEXIONES

LOS JUGADORES BRASILEÑOS: ¿VÍCTIMAS O CÓMPLICES? NI LO UNO NI LO OTRO.
En mi opinión, fueron instrumentos de la voluntad divina. La indignación de los oprimidos-emblema de Brasil que rodeó el bus de la selección portando sendos carteles un mes antes del campeonato en el que resalta la consigna: “NO TENDRA CORONA..” fue profética. En efecto, el resultado calamitoso fue una consecuencia del clamor de cientos de miles de ruegos, llantos y aflicciones de etnias y pueblos olvidados y oprimidos, secularmente postergados y avasallados en sus derechos. Abusos, corrupción, expropiaciones, etc. signaron el mega-evento deportivo. Es el caso, por poner un solo ejemplo, de Jerónimo Sebastiao de Oliveira, un discapacitado que vivía hacía 40 años en la zona de Pernambuco y fue expropiado para construir un estadio: "Yo tenía todos los documentos. El registro del inmueble, la escritura, todo. Cuando compré la casa era pequeña, pero luego la fui ampliando. Saqué piedras del río con un solo brazo para mejorar mi casa. Invertí en mi futuro. Pero todo el esfuerzo y el dinero que invertí se perdieron"(Informe BBC mundo) Lágrimas y llantos profundamente sentidos que indudablemente llegaron hasta el Altísimo. La derrota profetizada de la selección brasileña fue un acto de justicia divina. “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias” (Exodo 3:7). Dios en todo tiempo y lugar ha hablado y habla. El que tiene oídos para oír, oiga. ¡Autoridades sin conciencia, arrepiéntanse y velen por sus pueblos!. Sé que hay otros puntos de vista socio-políticos, psicológicos, psicoanalíticos, etc, también importantes. Mas les digo con certeza: No seamos necios. El principio de la sabiduría para un buen gobierno es el temor de Dios. (Proverbios 1:7) He aquí, algunos datos sustantivos. Según Gerardo Lissardy y otros analistas de la BBC, efectuados entre el 13 y el 27 de mayo de 2014. El Costo: Los gastos que Brasil realiza para el Mundial son un motivo de irritación de una parte de su sociedad. Fueron unos US$10.900 millones invertidos por el gobierno federal, los estados y las ciudades sede, de acuerdo al último balance oficial divulgado en noviembre. Se trata de una cifra bastante superior a lo previsto: solamente en estadios, se ha gastado a veces el doble o hasta el triple que los presupuestos iniciales. Y lo más probable es que la cuenta aumente hasta junio, cuando se sumen por ejemplo las estructuras temporarias en torno a los estadios. En un país con grandes deficiencias en salud pública y educación, las fortunas invertidas en el Mundial fueron una de las razones principales de las protestas masivas que Brasil tuvo en junio durante la Copa de Confederaciones. "La gente dice que los problemas que vive en cotidiano no se resuelven porque los gobernantes están volcados a poner plata en la copa", explicó a BBC Mundo Sonia Fleury, una politóloga y socióloga que coordina el programa de estudios sobre la espera pública en la Fundación Getúlio Vargas, con sede en Río de Janeiro. Los trastornos: La vida cotidiana de muchos brasileños en las ciudades sede del Mundial también fue trastocada por las obras antes de la llegada del torneo y los Juegos Olímpicos de 2016, muchas de las cuales se han dilatado en el tiempo. En Río de Janeiro, por ejemplo, las zonas céntrica y portuaria tuvieron cambios radicales en la circulación de vehículos y pasan por grandes reformas urbanísticas. Las autoridades sostienen que son cambios necesarios y beneficiosas para la ciudad, pero también han causado complicaciones a miles de personas que trabajan ahí. "Los brasileños están bien ambiguos sobre la realización de la Copa porque están viendo sus ciudades totalmente modificadas para beneficio de otros", dijo Gaffney. Y agregó que las ciudades sede del Mundial "están siendo rehenes de proyectos autoritarios que no representan avances urbanísticos ni democráticos" para la población.. Copa y corrupción: Un texto contra las protestas en el Mundial apareció en la red social Instagram y rápidamente se volvió viral y polémica. Quien la publicó en su cuenta personal el martes fue Joana Havelange, directora ejecutiva del COL del Mundial, nieta del expresidente de la FIFA Joao Havelange e hija del expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira. "Lo que había de ser gastado, robado, ya fue. Si era para protestar, tenía que haberse hecho antes", se lee en un pasaje del texto. La controversia por la referencia a robos llevó a un diputado estatal de Río, Marcelo Freixo, a solicitar al Ministerio Público que exija explicaciones a Havelange. El COL indicó luego que la autoría de la carta no habría sido de su directora y ésta negó vía internet que haya prestado atención a la frase sobre los robos, que negó compartir y retiró del texto. Pero la imagen del texto inicial rozó un nervio sensible en un país donde muchos creen que el Mundial fue aprovechado por corruptos y descreen del discurso oficial sobre el "legado" del evento. "Cualquiera que haya acompañado la Copa sabe que la probabilidad de tener mucho robo de recursos públicos en esas obras de infraestructura y demás es muy alta", dijo Claudio Abramo, director ejecutivo de Transparencia Brasil.

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